Recabando datos con mi magnífica herramienta de trabajo: el SEI (Sistema de Espionaje Infernal), me doy cuenta que cada día suben por miles las cifras de niños abusados sexualmente por gente del clero, en paises como E. U., Bélgica, Australia, España, Irlanda, Brasil y México, sólo por citar algunos.
Lo más drástico de la situación es que estos infantes cargarán por el resto de su vida un costal de secuelas que muy seguramente los inmunizan contra la felicidad. Y yo me pregunto ¿qué hacen las autoridades? ¿por qué se permite esto?, ¡mi no entender, que alguien me explique!... Pero claro, lo más fácil será echarme la culpa a mí, el Sátiro Satanás, porque como es costumbre, si alguien hace cosas buenas por la humanidad, pues automáticamente se piensa que son obras de mi competencia celestial: que si fueron los ángeles, que si San juditas hizo el milagro, que si San Pascualito los apartó del mal, que si la cruz exorcizada de San Benito los alejó de actos propios de Satán, que si Diosito Santo no para de trabajar, etc. ; pero si los actos son reprobables y se comete todo tipo de crímenes y maldades contra los demás, entonces las cosas cambian y el discurso es: el diablo anda suelto, los incitó a la tentación el maligno, el demonio se instaló en el Vaticano, la carne es débil y muchas más frasecillas que ustedes habrán oído...
Algo que ha llamado poderosamente mi atención es el hecho de que la iglesia católica mexicana, con tal de evadir la acción de la justicia, ha tenido la genial idea de establecer 3 clínicas para "curar"?? la pederastia. Uno de estos "santos" lugares, llamado "Casa Alberione" es una especie de spa de reposo y reflexión, donde mandan a los curas que tienen ese "problemita", pero mientras ellos reposan, las víctimas, sus familiares y la indignada sociedad, ven estos establecimientos como guaridas de criminales, donde bajo la imagen de un programa terapéutico y espiriitual, la iglesia cobija, tolera y apapacha a esos pervertidos que los domingos ofrecen la hostia a los fieles creyentes, quienes confiados dejan a sus hijos en sus manos para que les instruyan en las cuestiones religiosas.
Por supuesto que el menú de dicha terapia combina (por lo menos, eso dicen ellos), el tratamiento psicológico con la meditación, el ejercicio físico, la lectura del evangelio y medicamentos para "rebajar el apetito sexual" de sus internos. Sin embargo, esas casas no parecen clínicas, sino hoteles de 5 estrellas donde estos delincuentes escapan de la justicia amparados por el diagnóstico de "comportamientos inadecuados" (léase abuso sexual, alcoholismo, drogadicción, etc.), cuando deberían estar tras las rejas.
Pero como el diablo sabe más por viejo que por diablo, les aseguro que la pedofilia es un delito que no se cura con gimnasia, ni las almas se purifican negociando con las familias de las víctimas para que otorguen el perdón a esos cab... con faldita.
Ya sea motivados por el celibato, la homosexualidad o la simple desgraciadez, no dejan de ser peligrosos y aunque me queda claro que no todos los sacerdotes son iguales, mejor mantengan a sus niños lejos de ellos y bien vigilados, porque uno nunca sabe... y aunque tengan un rostro por demás angelical y todo el día pasen una y otra vez las cuentas de su rosario, cualquiera puede ser el gandalla. Así que, Benedicto, carnal, ya deja de hacer como que la virgen te habla y no pongas obstáculos para que tus cuates sean juzgados como cualquier otro delincuente. Y ustedes, queridos seguidores, sepan que cuando les digo:"pequen, pequen, no dejen de pecar", ustedes y sólo ustedes toman las decisiones de su vida y son responsables de ellas, así que a mí no me culpen, yo me concreto a esperarlos pacientemente y ya les haré un lugar en la hoguera para chamuscarlos.
Y como dijo el buen Johann W. Goethe: "La libertad, como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días".