jueves, 7 de enero de 2010

Cotidiano ajetreo

Enmedio de la hora cuchi cucchi, cuando todos los diablos y torturados toman su ardiente cafecito y cualquier otro tente en pie, acabo de darme cuenta que las puertas de la cafetería tampoco abrieron... y lo que es peor, yo sin el paciente prefecto que en casos como este daba soluciones ad hoc y ahora resulta que todas las secciones de torturados quieren salir de mis terrenos para ir a comprar tamales y atole al limbo, mientras yo, el sátiro Satanás no puedo estar la mar de tranquilo como me han sugerido por estar echando cerrojos a las celdas de tortura para impedir todas las diabluras. Así que, redoblo esfuerzos y corro cual ráfaga de San Juanico a resolver asuntillos en la enfermería, pues la buena Vero, mi diabla "cura quemadas" está enfermita.
Desde este revuelto infierno les saluda su Sátiro Satanás.

1 comentario:

  1. Ya veo que las cosas se están poniendo más que dificiles para nuestro querido Diablo, ni tiempo tiene de pulir el tridente y, francamente, no se pueden dejar estos detalles de lado. Un Diablo ha de estar siempre en perfecto estado de revisión, porque sino los de la competencia empiezan a presumir con sus alitas bien blanquitas y esponjosas o el impóluto rizado de sus largos cabellos. Pero ¿para qué estamos todas las fuerzas satánicas? Pues para echarle una mano en lo que se pueda a nuestro amado jefe. Así que aquí tiene a su acérrima seguidora, provista de un trapito pule-tridentes.
    Atareados pero limpitos!!

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