jueves, 15 de octubre de 2009

AQUÍ SI HAY PAN CALIENTE

El 16 de octubre ha sido decretado pomposamente desde hace unos cuantos años como el “día mundial del pan”, sin embargo habría que preguntarnos cuántos habitantes de la tierra, tienen a diario a la mano “el pan nuestro de cada día” para mitigar no el antojo, sino el hambre real, porque de qué sirve festejar este día si no son capaces de dar alimento a todos sus niños, pues como dijera el cubano José Martí: “Sólo creeré en la democracia cuando un día al despertar me informen que todos los niños del mundo ya han desayunado”.

Adentrándonos en la reflexión sería bueno preguntar cómo es que Cristo pudo multiplicar los panes para satisfacer el hambre de sus seguidores y ahora le niega esa posibilidad a los millones de adeptos actuales ¿qué mal plan, no?

Ahora bien, si atendemos al dicho “Ayúdate que Dios te ayudará”, me pregunto de qué manera se pueden ayudar a sí mismos los millones de seres esqueléticos cuyas fotografías circulan por todo el planeta tierra y ante las cuales la gente que sí come todos los días prefiere cerrar los ojos ante el horror, culpa, conmiseración o cualquier otro sentir que les provocan.

Aclaro que no es que quiera echarle tierra a los de la competencia, de hecho sólo repito lo que dice la Biblia, pero recuerden amigos y amigas que les escribe desde el mismísimo infierno su consentido “el sátiro Satanás” y para que vean que aquí en mis territorios si hay pan caliente, he de decirles que tengo ante mi una gran canasta con bolillos, pambazos, teleras, conchas, chilindrinas, gendarmes, novias y sobre todo los deliciosos cuernos o los exquisitos “chamucos” como cariñosamente me llaman en México. Así que si mis adversarios no les cumplen aquello de “una mejor vida en el cielo” donde no hay hambre, ni dolor, ni nada de nada, pues entonces, aquí los espero.

¡Hasta la próxima!

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