¡DONDE ME NOMBRAN, APAREZCO!

Merodeando por los sitios de la red donde aparece algo relacionado son su servidor, el Sátiro Satanás, llamó mi atención el blog de José Antonio Millán "El Candidato Meláncólico"(se los recomiendo apliamente). La cuestión es que en julio de 2008, se entretuvieron los participantes en una discusión cuyo eje central era el nombre de dos artefactos móviles: "el diablo" (para transportar bultos) y el "patín del diablo", y entre otras opiniones se mencionaba que al patín del diablo se le llama así por la similitud que sus manubrios tienen con mis cuernos; alquien más decía que se le nombraba de esa forma porque va tan rápido como "alma que lleva el diablo"; no faltó quien dijera que en sus orígenes era un juguete con tan poca estabilidad que los niños quedaban estampados en el pavimento mientras los adultos exclamaban ¡Es un juguete diabólico! y una serie más de comentarios, que palabras más, palabras menos, trataban de dilucidar el asunto en cuestión.

Así, en el portal del diario "El Sol de México", el Arquitecto Roberto Y. Shimizu, propietario de una descomunal colección de juguetes antiguos y no tan antiguos, comentó: "Alguna vez un amigo me preguntó que juguetes llevaría a otro planeta en caso de que hubiera que abandonar la Tierra. El primero en el que pensé fue en un patín del diablo, que era la delicia de mi infancia..." Pues bien, yo aprovecho este espacio para dedicar una canción, desde lo más profundo de mi corazón, al buen Roberto Shimizu; por supuesto se trata de la rola "Simpatía por el Diablo" de Roling Stones, esto con objeto de agradecer su preferencia.

Pero, volviendo al tema inicial sólo quiero decirles, queridos pecadores, que no se hagan bolas, no armen tanto lío, el vehículo en cuestión se llama patín del diablo por la sencilla razón de que es mío , je je je.

Disfuten la tarde, mientras yo agarro mi patín y me lanzó en busca de más que contarles.

Besitos del Sátiro Satanás.